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Destete tras una lactancia "prolongada"

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¿Qué es una lactancia prolongada? Prolongar significa alargar... y partiendo de esa base, la nuestra está siendo una lactancia prolongada, que hemos alargado más allá de los 24 meses, los dos años, los terribles dos años. Y es que somos muy obedientes y nos tomamos muy en serio las recomendaciones tanto de la AEPED (Asociación Española de Pediatría) y de la OMS (Organización Mundial de la Salud). Esta primera, afirma que, si bien "prolongar significa hacer que algo dure más tiempo de lo normal o establecido, el empleo de este término puede hacer pensar que la lactancia en niños mayores de un año se considera como algo que está 'más allá de las recomendaciones', cuando en realidad es un objetivo en salud materno-infantil. En España y en mi círculo más próximo, dar el pecho más allá de los seis primeros meses ya es toda una proeza. No conozco muchas mamás que hayan decidido hacerlo. Las más, quizá llegan a los seis o incluso a los siete, pero hacerlo hasta los nueve

¿Exigimos al mayor más de lo que deberíamos?

Sirvan estas líneas para inaugurar la nueva entrada del nuevo año... ¡Feliz 2019!, que espero hayáis comenzado con buen pie. En casa lo hemos estrenado de la misma manera de la que lo terminamos: con virus. Primero fue la mayor, luego caí yo y para estrenar este 2019, la peque ha sido la que ha continuado la racha. Nada preocupante, pero molesto, muy molesto. Y esto nos lleva a una pequeña reflexión, porque mientras la mayor estuvo malita, con vómitos, fiebre, malestar en general, dolor de tripa, etc..., se sentía segura, acompañada, mimada... y notar esto y que te diga si la vas a cuidar siempre, te da que pensar. Sobre todo porque quizá desde que nació su hermana hace un año y medio no la hemos prestado toda la atención que se merece. ¡Que sólo tiene 5 años! Puede que a veces se nos olvide y la exijamos más de lo que debemos. Mientras le pedimos cosas, aunque pensamos que estamos favoreciendo su autonomía y que le estamos otorgando la categoría inigualable de hermana mayor, puede q

Niños fantásticos

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Una de las principales características de la infancia es la ilusión. Ilusión mezclada con inocencia, con creerse a pies juntillas todo lo que se ve, se oye y se dice. Magia... Por eso hay tantas historias y cuentos, por eso los mundos paralelos funcionan tan bien en los niños. No tuvimos nada de eso en cuenta cuando le pusimos por primera vez Harry Potter a nuestra pequeña porque, pensando en que ni de broma iba a aguantar las 2 horas de película, creímos que no prestaría atención a la historia de unos niños magos que se enfrentan a las fuerzas del mal representadas por un ser feo, muy feo. Craso error. Harry Potter le encantó y ahora tenemos en casa una potteraddict, que se conoce al dedillo todas las casas de la escuela de magia, quiénes las habitan, los nombres de los personajes y, lo que es más gracioso, que con 5 años se inventa historias paralelas que podrían pasar en el mundo mágico de Howarts y que la escritora debió de pasar por alto cuando redactó todas las entregas de

Horror: piojos

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Creemos que el calendario escolar es también el calendario de los piojos. Pues es falso. La pediculosis (o como se llama técnicamente a los piojos) puede aparecer en cualquier época del año y a nosotros nos tocó en pleno mes de julio, con el calorazo de la ola de calor africano azotando Madrid, la tentación de un chapuzón en la piscina a la mínima gota de sudor y el deseo de ponerse gorra a la primera de cambio. Llevábamos un par de días notando que la peque se radicaba mucho la cabeza, pero ya el último día, viéndola que tenía hasta desazón, decidimos llevarla al pediatra, convencidos de que lo que le picaba era un nuevo brote de dermatitis y que las cositas blancas de su cuero cabelludo eran las pieles muertas que aparecían por la misma. Nada más lejos de la realidad: "Esto son liendres", dijo la pediatra. Y es que, por lo visto, es muy fácil confundir a los huevos de los piojos con granitos de caspa, pero también la mar de sencillo identificar unos de otros. A

Cogerle el gusto a la comida

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Tenemos toda la equipación para salir airosas en la introducción de la alimentación complementaria de la pequeña: tenemos cuchara de plástico, de un tamaño lo suficientemente pequeño como para que le quepa en la boca y no le haga daño, tenemos plato/cuenco hondo, tenemos trona (la evolutiva de Jané) y tenemos babero... Ahora bien, ¿Es necesario todo este despliegue para dar de comer a un bebé de seis meses y medio? Está claro que no. Porque hasta para darles de comer fruta, no hace ni falta un triturador: la peque se come el plátano que da gusto: chafado con un tenedor, chupeteándolo con sus encías... También los gajos de naranja y mandarina.  Pero no, nosotros no somos 100% de baby led weaning... Sobra decir aquí que come con cuchara, que sólo hemos probado a hacer blw con la fruta y alguna que otra judía verde y que tratamos de variar el menú de cada día con diferentes combinaciones de verduras y pollo, verduras y arroz, arroz con pavo...y verduras... además de la frut

Sorpresa: ¿las niñas tienen fimosis?

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Hace cosa de dos meses, mi primo ingresó con el segundo de sus tres hijos para que le operasen de fimosis. Estábamos en su casa cuando nos lo contó y mi comentario fue...: "menos mal que yo no tengo que pasar por esas cosas porque tengo niñas!". Ay, ay, cuánto han pesado esas palabras desde el pasado jueves, cuando en la revisión de los seis meses, tras el reconocimiento de la peque, la pediatra nos dijo que observaba cierta ligazón en la piel de la vulva, como si el orificio estuviera sellado. "En los niños hablamos de fimosis y esto no es exactamente lo mismo, pero podríamos decir que aunque no lo veo muy grave, estamos ante un caso de sinequia vulvar". Madre mía, no nos libramos de nada, pensé yo y evité echarme las manos a la cabeza porque soy de la opinión de que a no ser que el médico nos diga lo contrario, todo tiene solución. Nos recomendó que cada tres días más o menos, con ayuda de un aceite de vitamina E 100%, probásemos a separar cuidadosamente con

Alimentación bebé 6 meses

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Y así, casi sin pestañear, ha pasado medio año desde que nuestra pequeña nació. Seis meses en los que no hemos dejado de aprender (porque nunca se deja de ser primerizo) y en los que nos han vuelto a surgir mil dudas. Entre ellas, las referidas a la alimentación del bebé. Hasta ahora hemos continuado con lactancia materna exclusiva, a demanda. Desde el principio se enganchó muy bien al pecho y no he tenido ni un solo problema, ni de agarre, ni de grietas, ni mastitis, ni nada que nos haya hecho ni un poquito complicado esto de lactar. Llegados a los 6 meses, los bebés (aunque podrían continuar con lactancia materna exclusiva), se recomienda que comiencen a probar nuevos alimentos en lo que se conoce como alimentación complementaria… que es eso mismo: complementaria, no sustitutoria. Así, y siguiendo las pautas que ya mantuvimos con nuestra primera hija, hemos empezado a darle cereales sin gluten, por aquello de las alergias. Los probé con agua mineral y sólo de ver la cara