A nadie le debe extrañar que con un terremoto de dos años rondando a todas horas bajo mis faldas, apenas tenga tiempo de acicalarme cada vez que salgo a la calle. Me supone un trabajo enorme poder pintarme las uñas, rizarme el pelo, maquillarme si no es con prisas o hacerme la pedicura (in my own home) si se da el caso. Y sí, puedo hacerlo cuando la peque ya está dormida, pero para entonces ya estoy tan sumamente cansada que sólo me quedan fuerzas para sentarme en el sofá (o tirarme, según lo intenso del día), poner las piernas en alto y dejarme llevar media hora viendo la tele o leyendo libros hasta que me puede el remordimiento de conciencia y me voy a la cama. No es pereza..., es...no sé qué es, pero cuando no puedo, no puedo, y cuando puedo, no debo porque tengo sueño y creo que lo más conveniente es irme a la cama a descansar hasta que una vocecita grité en medio de la madrugada algo así como 'mama, aba!'.
La mayoría de los días no es que vaya hecha un desastre a trabajar, pero tengo la sensación de que cualquier cosa que me hago, lo hago con prisas. Porque ando sigilosa por las mañanas, no vaya a ser que con cualquier ruidito, se me despierte la fiera.
El caso es que, aprovechando que llega el verano y que necesito las cosas rápidas pero eficaces, me he decidido a probar un producto del teletienda: el PediSpin.
No viene muy a cuento que hable de esto aquí, pero estoy tan impresionada con el resultado que no puedo resistirme a decir, a voz en grito, que sí, que funciona, que te deja los talones pulidos, que da gusto sentir que, por lo menos los pies, aunque sea con prisas, pueden pasar con un aspecto decente este verano.
Fuera vergüenzas. Sí, soy una víctima más del teletienda. Sólo que éste lo encontré buceando por Internet, en
eBay, en una de esas tiendas que venden de todo y a precios casi irrisorios. Y he de decir que estoy encantada con mi compra.
Más productos de efecto rápido que he probado últimamente: el esmalte de uñas ultrarrápido de Rimmel London, que deja efecto salón de belleza y, una vez termino mi manicura a tiempo récord, sé que arrancará una sonrisa en la boquita de mi peque tras la que pronunciará 'Una mama tá' (algo así como 'te has pintado las uñas, mami!).
Para la cara, y para disimular los granazos que tengo en la barbilla a consecuencia -creo yo- del mal dormir y el estrés, uso BB Cream, de varias marcas. Aunque a veces no sé si lo que tengo que emplear en mi barbilla (y sobre la oscura sombra que ahora tienen mis ojeras) algo más efectivo que el cemento.
En conclusión: que he pasado de pensar que ya tendré tiempo de preocuparme por si el pelo se me encrespa, por si hacer una o dos mascarillas semanales en la cara, en comprarme una crema u tora para cuidarme los talones... a desear que aquello que compro sea de efecto ultra-mega-rapidísimo, para que ni me dé pereza dedicarme unos minutos a cuidarme (aunque sean justo antes de irme a dormir) y, que por supuesto, tengan resultados visibles y aparentemente óptimos.
Voilà...¡¡He aquí una mamiprimi algo estresada!!
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