Bimamá

Publico hoy este post aunque lleva unas cinco semanas guardado como borrador «por lo que pudiera pasar», por si acaso, vamos. El caso es que sí, estoy embarazada y si todo va bien para agosto volverá a llenarse la casa de llantos, pañales, cremita para el culete y sonajeros. Vamos a ser uno más.

Os dejo por aquí alguna cosas que he vuelto a sentir en estas primeras semanas, otras que me han sorprendido como novata (porque creo que nunca se es embarazada experimentada) y las que más temores me ocasionan:

Las que he vuelto a sentir: 

- Náuseas: sobre todo desde la semana 8 hasta la 12, mañaneras, matutinas...¡diarias! Sólo náuseas, sin llegar al vómito, pero molestas igualmente. Acompañadas, eso sí, de revoltijos de estómago continuos.

- Sensación de estómago lleno y gases

- Cansancio, sueño...agotamiento. Esto, con mi primer embarazo, lo solucionaba con siestecillas cada vez que el cansancio aparecía (por las tardes, sobre todo, porque por las mañanas en el trabajo, no había remedio). En este segundo embarazo no puedo permitirme ese lujo y tengo que luchar contra la somnolencia:la peque demanda atención y he decir que es MUY insistente.

Las que me han sorprendido:

- Lo rápido que crece la tripa, lo rápido que sale y lo antes que se nota. Con mi primer embarazo prácticamente hasta los 5 meses y medio no empecé a usar ropa premamá (pantalones sobre todo). Con éste, antes de llegar a las 12 semanas ya tuve que emplear pantalones de refajo, como los llamo yo.

- Los mareos, ya que más allá de las náuseas y el cansancio, en mi primer embarazo no tuve más síntomas. Con éste ya son varias las veces que me he mareado. Sin llegar a lo teatrero de los mareos que aparecen en las películas, pero sí, mareo de marearse.

Las que me ocasionan temores:

- Como a todas las embarazadas, imagino, me causa inquietud no saber qué pasa por ahí dentro hasta que se ve en la primera Eco, que en el caso de la Seguridad Social no se llega a producir hasta la semana 12.

- Que el bebé esté bien, venga bien y se desarrolle bien.

- Que al ser dos, me cueste centrar el tiro y dar para los dos.


Sensaciones coincidentes, claro está, la ilusión, los nervios, el soñar despierta con que la casa se vuelve a llenar de olor a bebé, que la peque será hermana mayor y a ella como a los demás, nos costará un pelín hacernos a la nueva situación.

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