Destete tras una lactancia "prolongada"

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¿Qué es una lactancia prolongada? Prolongar significa alargar... y partiendo de esa base, la nuestra está siendo una lactancia prolongada, que hemos alargado más allá de los 24 meses, los dos años, los terribles dos años. Y es que somos muy obedientes y nos tomamos muy en serio las recomendaciones tanto de la AEPED (Asociación Española de Pediatría) y de la OMS (Organización Mundial de la Salud). Esta primera, afirma que, si bien "prolongar significa hacer que algo dure más tiempo de lo normal o establecido, el empleo de este término puede hacer pensar que la lactancia en niños mayores de un año se considera como algo que está 'más allá de las recomendaciones', cuando en realidad es un objetivo en salud materno-infantil. En España y en mi círculo más próximo, dar el pecho más allá de los seis primeros meses ya es toda una proeza. No conozco muchas mamás que hayan decidido hacerlo. Las más, quizá llegan a los seis o incluso a los siete, pero hacerlo hasta los nueve

Las crisis de crecimiento y la lactancia a demanda

A lo largo de los seis primeros meses (o del tiempo que se quiera lactar) el bebé pasa por varias crisis de lactancia asociadas a 'brotes de crecimiento' que preocupan a la mamá en tal proporción que muchas llegan a plantearse abandonar la lactancia o suplementarla con leche  fórmula (con el consiguiente abandono de la lactancia materna) por temor a que su leche ya no alimente bien como antes o como se debe

Previendo más o menos los primeros seis meses de lactancia, podríamos decir que las crisis llegan de esta manera:

A los 17-20 días
A las 6-7 semanas
A los 3 meses
A los 4 meses


A las mamás nos entra la preocupación por si nuestro pequeño no se estuviera alimentando correctamente y justo en la medida en que lo necesita porque llora y llora y creemos que con ello nos indica que no saca 'sustancia'. Nos preocupamos porque, llegado los tres meses, no notamos el pecho tan turgente, tan lleno de leche y, lo que es peor, el bebé ya no se tira los 20 o 30minutos de antes mamando, sino que en apenas 5 minutos ya ha dejado de comer. Al cuarto mes, incluso podemos observar que nuestro pequeño se distrae, come, deja de hacerlo y se queda un rato mirando las musarañas.

Son crisis, pero que, lejos de hacer que nos preocupemos, lo que están marcando es que nuestro pequeño está creciendo, evoluciona y, con él, sus necesidades de alimentación: éstas cambian y él hace que nuestra producción de leche (en el caso de las que optamos por la Lactancia materna exclusiva), también lo haga.

Lo que a nosotras nos funciona

A nosotras nos funciona mantener la calma. Soy tauro y, dicen, bastante obstinada, cabezota, por lo que también esto creo que me ayudó con mi primer bebé y lo está haciendo ahora. Claro que todos los bebés no son iguales y cada caso es diferente, pero en el nuestro, no perder nunca la paciencia y tener claro que todo iba a salir bien, nos ayudó bastante.

De todas maneras, os quiero dejar a continuación algunos enlaces que me ayudaron a comprender que, como todas las crisis, se requiere tiempo para superarlas y grandes dosis de paciencia:

http://www.pequefelicidad.com/2015/04/como-identificar-y-superar-las-crisis.html

https://www.mibebeyyo.com/bebes/alimentacion/lactancia/crisis-lactancia

http://albalactanciamaterna.org/lactancia/tema-4-cuando-los-ninos-crecen/crisis-o-brotes-de-crecimiento/




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